"Si sufres aceptando con resignación su voluntad, tú no le ofendes sino que le amas. Y tu corazón quedará muy confortado si piensas que en

la hora del dolor Jesús mismo sufre en ti y por ti. El no te abandonó cuando huiste de él; ¿por qué te va a abandonar ahora que, en el martirio que sufre tu alma, le das pruebas de amor?"